Sesión 3: Explorando el potencial de las métricas de bienestar para apoyar nuevas alianzas internacionales, 30 de junio de 2022 Los esfuerzos de recuperación de la pandemia de COVID-19 y las agendas internacionales emergentes están alineando cada vez más las acciones para enfrentar los desafíos globales compartidos, como el cambio climático, las transformaciones digitales o la preparación para la salud global. Esto sigue al contundente recordatorio pandémico de cuán interconectadas están las políticas nacionales e internacionales. Los países no sólo no pueden enfrentar los desafíos globales solos, sino que un número cada vez mayor de estos desafíos están influyendo en la capacidad de los países para seguir sus propios caminos de desarrollo. La pandemia nos recordó las nociones de desarrollo como un proceso continuo y multidimensional, que puede revertirse en cualquier momento, y la necesidad apremiante de estar preparados para futuros shocks. La pandemia también le recordó al mundo las graves vulnerabilidades que existen dentro de los países, independientemente del nivel de ingresos, como las debilidades en la infraestructura de salud, las cadenas de suministro o los sistemas económicos, o la fragilidad ambiental de nuestro planeta. Hizo hincapié en los fuertes vínculos entre las personas, el planeta y la economía, y pidió soluciones colectivas a los problemas globales. Este nuevo contexto presenta una oportunidad para ampliar la gama de métricas para informar alianzas globales transformadoras. La comunidad mundial debe garantizar que las nuevas alianzas y los esfuerzos se centren en el bienestar y que los enfoques multidimensionales y centrados en las personas prevalezcan al evaluar los desarrollos. Durante décadas, métricas como el Producto Interno Bruto (PIB) y el Ingreso Nacional Bruto (INB) han actuado como indicadores de los niveles de desarrollo de los países. Ir más allá del PIB para capturar mejor el bienestar de los países es un debate permanente y de larga data. Desde que el economista estadounidense Simon Kuznets estableció el PIB como indicador en 1937, sus capacidades han sido cuestionadas. América Latina es un claro ejemplo, ya que la CEPAL estima que el PIB de la región disminuyó un 6,8% en 2020, su peor contracción económica en más de un siglo y la más profunda de cualquier región del mundo en desarrollo. Sin embargo, se observó la falta de una relación clara entre el PIB per cápita y los impactos de COVID-19 en diferentes países de todos los niveles de ingresos, lo que destaca la importancia de una gama más amplia de factores que requieren consideración al medir la capacidad multidimensional de los países. A pesar de las críticas, el PIB es el indicador predominante para evaluar el desarrollo de los países y orientar las acciones multilaterales y bilaterales. A lo largo de los años se han propuesto varios índices y marcos alternativos, pero su uso sigue siendo en gran medida marginal. Si bien el mundo reconoce que estamos lejos de lograr los objetivos de la Agenda 2030, no podemos abandonar la reflexión sobre la mejor manera de mejorar la medición para informar nuevas alianzas y el compromiso entre países en agendas transformadoras clave. América Latina y el Caribe puede ser un ejemplo de cómo repensar los indicadores para apoyar la movilización de recursos, el fortalecimiento institucional, el desarrollo de capacidades y el intercambio de conocimientos para una acción colectiva más efectiva sobre los desafíos globales compartidos. En esta sesión se presentaron algunas de las alternativas para el uso de medidas centradas en las personas para informar nuevas alianzas globales, abordando algunas de las siguientes preguntas clave: • Cada vez se reconoce más que la relación entre el crecimiento económico y el desarrollo inclusivo y sostenible es más compleja de lo que se puede captar solo con indicadores macroeconómicos, y que se necesita un conjunto de información más amplio para brindar una imagen más completa. ¿Cuáles son las opciones alternativas de medición existentes para informar la cooperación internacional en ALC? ¿Cuáles son las barreras para su uso? • ¿Cuáles son los indicadores y métricas alternativos existentes a nivel global para medir los resultados de desarrollo? ¿Cómo sirven para describir el mundo actual cada vez más desafiante de múltiples vulnerabilidades? ¿Están los enfoques centrados en las personas en el centro de estas nuevas métricas? • ¿Qué tan factible es tener un indicador compuesto o un conjunto compartido de indicadores para medir el compromiso a nivel de país en los desafíos globales compartidos? ¿Cuáles serían las ventajas y desventajas? ¿Cuál sería una hoja de ruta para la implementación/uso de tal indicador o indicadores?